Subir y bajar, colgarse ¡¡¡Ay, esos tiempos!!! Que jamás volverán, correr de aquí a allá por que el tranviario me va a bajar, jaja¡¡, no me vio correré y me bajaré en Villa del Mar.
Ya no conocí los primeros tranvías pero cuenta mi abuelo que por La Huaca pasaba el tranvía jalado por mulas, pero también cuenta mi mamá que al ir a las tardeadas ya viajaban en él los tranvías eléctricos¡¡ Oh esos recuerdos!! Solo los veo en los que quedan instalados en un gran nicho, enfrente del parque Zamora y como evidencia solo queda la vía de enfrente. Todos estos momentos y aventuras que jamás volverán porque a las personas encargadas, ya no les importó más, que nuestro tranvía continuara con su diario transportar, qué tristeza es la que siento hoy por que mis descendientes ya no podrán gozar de estas increíbles vivencias, que gustosa he de recordar.
Este pequeño trenecito de madera con ruedas de brillante metal, con la inolvidable campanita nos anunciaba su llegar.
Desde que el sol asomaba a las cinco de la mañana para no errar ya salía el primer tranvía para viajar por la ciudad ya sea la ruta Bravo-Laguna, Jiménez y Panteón nos trasladaba por toda la localidad.
Yo quisiera que a futuro, alguien pudiera retomar, ese transporte tradicional, porque a mí me gustaría volverme a deleitar , ese paseo en tranvía que jamás voy a olvidar.
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